Ahora en veranito casi que no apetece nada para hacer de cenar: lo más fácil es una ensalada, un tomatito aliñado,
algo de embutido o simplemente fruta. A veces un simple trozo de melón con jamón es de lo más socorrido. Aunque dicen que el melón por la noche es muy indigesto y la verdad es que no sé por qué. Yo a veces lo ceno.
Navegando y navegando por internet me topé con esta receta en un blog en el que decía que era lo mejor para que los niños comieran fruta: combinar jamón serrano y naranja… La combinación me pareció superrara, pero un día la probé y desde entonces más de una vez me he hecho para cenar esta ensalada. La preparación no puede ser más fácil y es que encima los ingredientes son de esos que podemos tener en casa con facilidad: naranja, jamón serrano, aceite y perejil.
Qué necesitamos (por ejemplo para tres personas):
- 2 naranjas
- jamón serrano
- perejil fresco o seco
- aceite de oliva buenecillo
- cebolla (esto es opcional; la receta original la lleva, pero yo no la pongo)
Cómo lo hacemos:
Lo primero que hacemos es lavar las naranjas y pelarlas bien, quitándolas todo lo blanquito que tengan. Luego las tenemos que cortar en rodajas lo más finas posibles. Yo recomiendo cortarlas en el mismo plato de servir; de esta manera el juguito de la naranja no se pierde. Las colocamos en la fuente.
Cortamos trocitos de jamón serrano. Si el jamoncito es bueno, mejor que mejor, pero cualquiera vale. Lo vamos poniendo sobre la naranja. Si os gusta la cebollita cruda podéis ponerla antes del jamón. La capa sería naranja-cebolla-jamón.
- Ponemos las naranjas en la fuente
- Ponemos jamoncito
Si tenemos perejil fresco lo lavamos, lo picamos y lo esparcimos por encima del jamón. Si no tenemos, pues ponemos del seco. Por último un buen chorro de aceite de oliva y ya está. Lo mejor es dejar reposar la ensalada unos diez minutillos para que el sabor de la naranja, el jamón y el aceite se entremezclen. Está muy buena.