Hacía mucho tiempo que no comía costillas de cerdo; pero no las típicas que se hacen ahora en salsa barbacoa o a la brasa tipo restaurante americano, sino las típicas guisadas con patatas, guisantes. zanahorias… Siempre me acuerdo de las costillas que tomábamos en los campamentos de verano. La cocinera nos decía que eran “costillas con patatas guisadas”, pero los monitores pensábamos que lo correcto era decir “patatas con una costilla” (claro está si teníamos suerte de que nos cayera el trozo de carne).
La receta que propongo es muy básica. No lleva patata porque la hice pensando directamente en congelarla. Entre semana no me apetece cocinar mucho y hay que planificar menús para comer en el trabajo. La patata guisada o hervida se estropea si la congelas, así que os recomiendo que nunca hagáis platos que lleven patata si pensáis en congelar. Os dejo un enlace muy interesante si pincháis aquí con unos consejitos para congelar guisos. Recomiendo su lectura.
Qué necesitamos (para unas tres-cuatro personas):
- 600 g de costillas de cerdo troceadas
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla de tamñao medio
- 1 cucharada de tomillo
- 1 cucharada de romero
- sal
- pimienta negra
- 1 pimiento verde italiano (alargado)
- una hoja de laurel
- 1 zanahoria grande
- 3 cucharadas de salsa barbacoa
- 1/2 vaso de vino blanco/brandy/coca cola o whisky (a elegir)
- 500 ml de agua
- 1/2 pastilla de caldo de verduras
- aceite de oliva
Cómo lo hacemos:
Lo primero que vamos a hacer es coger la olla express (yo tengo la de toda la vida, jejeje) y la ponemos a calentar con un chorrito de aceite. Cortamos la cebolla en trocitos pequeños y la ponemos a pochar a fuego medio (que se vaya haciento lentamente).
Lavamos la zanahoria, la pelamos y la cortamos en rodajas muy finas. Después hacemos lo mismo con el pimiento: lo lavamos, le quitamos las pepitas y lo cortamos en daditos pequeños. Los echamos en la olla y dejamos que los ingredientes se vayan haciendo poco a poco.
Añadimos la carne, salpimentamos a gusto de cada uno. No se nos tiene que olvidar la cucharada de tomillo y de romero. Mezclamos todo con ayuda de una cuchara de madera.
- !. Añadimos la carne.
- 2. Salteamos.
Para la salsita yo mezclé un vasito de salsa barbacoa (que me sobró de unos aros de cebolla) y media lata de cocacola (que también me sobró del día anterior). Pero se puede echar lo que se quiera: medio vaso de vino blanco, brandy, whisky, Oporto… lo que tengáis más a mano.
Vertemos la salsa y dejamos que hierva todo unos cinco minutos.
Es hora de echar el caldo.
Para el caldo (500 ml de agua y media pastilla de caldo de verduras), yo lo que hice fue hervir agua en el hervidor de agua, ponerla en una jarra, echar media pastilla de caldo de verduras y remover hasta que ésta se disolviera. Si no lo queréis hacer así, se puede echar al guiso la media pastillas de caldo y el agua directamente.
Añadimos la hoja de laurel y dejamos hervir unos diez minutos.
Cerramos la olla y dejamos que se hagan unos veinte minutos. Dejamos enfriar.
Y así quedó el plato… No tengo una foto mejor porque en cuando las hice las dejé enfriar, las puse en tuppers y las congelé.