Pues si, al estilo ” sobras que tengo por la nevera”… ¿Qué pasa, qué nadie tiene minituppers con minisobras de comida? Si, si, esas pizcas que nos quedan de comida y no sabemos qué hacer hacer con ellas… Normalmente hay dos alternativas:
- las tiramos
- las conservamos y después de un tiempo las tiramos o nos las comemos en plan aperitivo (porque claro, no da para más).
A mí me gusta un día a la semana cenar de minituppers de sobras… Es como si estuvieras en un bar tomándote unas tapitas, lo complementas con una cervecita y le echas imaginación.
Esta vez se me ocurrió hacer empanadillas… Razones: tenía abierto un paquete de obleas de empanadillas (el que utilicé para el post de las de manzana) y se me iba a estropear. ¿Y de qué las iba a rellenar? Mas claro, agua; de las pizcas de comida que tenía en mi nevera.
Yo utilicé un poco de salsa de tomate que me había sobrado de unos spaguettis a la que añadí un huevo duro, una loncha de jamón york, unos taquitos de jamón serrano y un poco de queso fresco de cabra.
El huevo duro ya lo tenía cocido de otro día; así que lo único que hice fue pelarlo y cortalo en daditos.
Luego partí el queso de cabra en daditos…
Y por último, corté el jamón York en tiras. En el mismo bol en el que tenía la salsa de tomate eché todos los ingredientes y los mezclé (huevo, queso y los dos tipos de jamones). La salsa tenía de por sí maíz y orégano.
Forré una bandeja de horno con papel y puse las obleas. Estas empanadillas también se pueden freir en aceite, pero si las haces al horno no “engordan” tanto.
Las empecé a rellenar con una cucharadita y media de relleno por oblea. Y las cerré sellándolas con un tenedor.
Ya terminadas todas sólo faltaban los quince minutos de horno (más o menos). Yo las metí así sin más. No las pinté de huevo batido ni nada de nada. El huevo batido da brillo a la masa. Me salieron unas cuantas…
Y el resultado fue este:
Y presentación final de mis empanadillas para cenar.
Y ahora una foto ampliada del relleno:
¿A qué quedaron muy chulas?
El relleno de las empanadillas puede ser de cualquier cosa… ejemplo espinacas con queso fresco de cabra, empanadillas de jamón y queso, empanadillas rellenas de salsa carbonara… empanadillas rellenas de pisto casero, empanadillas rellenas de carne picada que nos ha sobrado de los spaguetti, una lata de atún mezclada con ketchup… etc. Seguro que en la nevera hay algo que nos puede servir.
Sé que la marca La Cocinera ha sacado al mercado unos rellenos de carne y de atún para hacer empanadillas (pinchad aquí para verlos), pero la verdad es que prefiero aprovechar lo que tengo por casa (que siempre saldrá más económico y más sano).